Publicado: 27 de Abril de 2020
Hemos de aceptar que es un momento arduo para todos y tratar de abandonar la culpa, pero esto no impide que nos cuestionemos, si para solucionar estos pequeños conflictos que estamos viviendo, el castigo es la mejor herramienta que podemos utilizar.
Se trata de un momento crucial en el que los niños necesitan nuestro acompañamiento emocional. Es esencial que durante este periodo respondamos a sus necesidades y establezcamos un vínculo emocional fuerte. La infancia necesita más que nunca, conexión, sentir que los tenemos en cuenta, que son queridos de manera incondicional, aceptados, protegidos y cuidados.
El rincón de pensar, el castigo más dañino
El rincón de pensar, el castigo que ahora mismo podría resultar especialmente dañino.
Cuando un niño se enfada y consideramos que se ha portado mal y a consecuencia de ello lo mandamos al rincón de pensar, le acabamos transmitiendo la idea de rechazo y trasladando el mensaje de que no queremos que esté cerca cuando está disgustado o se ha equivocado.
Es probable que el niño sienta más ira, enfado y mayor deseo de revancha. En los momentos de conflicto nuestro cerebro no se encuentra integrado, sino en un estado reactivo predominando el miedo y la huida, impidiendo así el aprendizaje y centrarse en la solución de problema.
Ahora más que nunca debemos flexibilizar, ser más empáticos y entender que detrás del mal comportamiento hay una necesidad que debe ser atendida, entender que detrás de esa conducta hay una solicitud de ayuda.
Parece difícil, pero hemos de descartar la idea de que si no somos lo bastante duros con nuestros hijos “se nos irán de las manos” e invertir la energía en encontrar soluciones en un entorno de equidad.El hecho de haber instaurado una nueva rutina o dinámica en la familia tiene un proceso de adaptación y no es de extrañar que estemos experimentando muchas dificultades como compaginar el teletrabajo, el colegio en casa, las tareas del hogar, con el cuidado de los menores. Y ahora se le añade otro factor, tras semanas de encierro: los más pequeños de la casa, menores de 14 años, pueden salir a la calle a dar un paseo una hora, una vez al día y acompañados de un adulto.
Noticia completa en:
https://elpais.com/elpais/2020/04/25/mamas_papas/1587803231_913630.html