Publicado: 25 de Agosto de 2022
A la ya larga lista de beneficios para la salud asociados al ejercicio puede añadirse un nuevo epígrafe: la protección frente al Covid. Una nueva revisión de estudios asocia la práctica regular de actividad física con un menor riesgo tanto de infección por SARS-CoV-2 como de enfermedad grave por Covid-19.
Según los datos de este trabajo, liderado por Antonio García-Hermoso, de la Universidad Pública de Navarra y publicado en la revista British Journal of Sports Medicine, la mayor protección se alcanza al realizar 150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de intensidad vigorosa a la semana.
"Nuestro estudio corrobora los resultados de diversos estudios que han evaluado la asociación entre ejercicio físico e infecciones respiratorias como por ejemplo la gripe o neumonía. La actividad física regular contribuye a tener una respuesta inmune más efectiva, aportando una mayor protección inmunitaria frente a infecciones, incluida la COVID-19", subraya García-Hermoso.
Para estudiar el impacto que el ejercicio podría ejercer frente a la infección por SARS-CoV-2 y a la enfermedad del Covid, el equipo de García-Hermoso revisó la literatura científica en busca de estudios que hubiesen abordado esta relación entre noviembre de 2019 y marzo de 2022. Cumplían sus criterios de inclusión un total de 16 trabajos con datos de 1.853.610 individuos, cuya media de edad era de 53 años y en un 54% eran mujeres. En su mayoría, estos trabajos eran de carácter observacional y se habían realizado en Corea del Sur, Reino Unido, Canadá, Irán, España, Brasil, Palestina, Sudáfrica y Suecia.
Al realizar un metaanálisis de los datos de los trabajos seleccionados, los investigadores comprobaron que quienes practicaban ejercicio de forma regular tenían un 11% menos de infección por SARS-CoV-2. Asimismo, también presentaban un riesgo un 34% menor de sufrir una forma grave de Covid y un riesgo de muerte un 43% menor que el de los participantes que eran sedentarios. El efecto beneficioso de la actividad física era, además, independiente de otros factores de confusión.
"Ser físicamente activo es probablemente la mejor decisión que una persona pueda tomar para mantenerse sana. La actividad física regular contribuye a la prevención y manejo de numerosas enfermedades, incluyendo la prevención y protección contra infecciones respiratorias como la COVID-19. De entre sus efectos beneficios, algunos que podrían ser especialmente relevantes para esta enfermedad son los beneficios a nivel inmunológico, su habilidad para mitigar los efectos del estrés sobre la inmunidad, o la reducción de factores de riesgo asociados a peor pronóstico de COVID-19, como por ejemplo la diabetes mellitus tipo 2, la obesidad o la hipertensión. De hecho, diversos estudios incluidos corroboran el hecho de que la actividad física regular resulta incluso más beneficiosa en sujetos con patología ya establecida (por ejemplo en obesidad o hipertensión), en comparación con sujetos aparentemente sanos", apunta el investigador.
"Otro aspecto interesante a destacar, es que por ejemplo algunos estudios también corroboran que el efecto beneficioso de la actividad física regular respecto a la severidad de la COVID-19 es incluso mayor en sujetos de edad avanzada (mayores de 60 años)", añade.
En la investigación, el mayor efecto protector se halló entre los participantes que practicaban una actividad física equivalente a 150 minutos de ejercicio moderado o 75 de intensidad elevada a la semana.
Las recomendaciones internacionales de actividad física consisten en realizar a la semana entre 150-300 minutos de actividad física de intensidad moderada, o 75-150 de actividad física vigorosa (o una combinación de ambas), junto a 2-3 días por semana de fortalecimiento muscular.
Pese a la relación hallada, en su trabajo los investigadores advierten de que la revisión de estudios incluía principalmente trabajos observacionales, con diseños diferentes y diversas formas de evaluar los niveles de actividad física. Además, se realizaron principalmente durante las oleadas de beta y delta, lo que podría afectar a la interpretación de sus datos.
No obstante, García-Hermoso recuerda que "los beneficios en la salud de la actividad física regular y el ejercicio se conocen ampliamente. La actividad física regular genera una inmensidad de adaptaciones fisiológicas que mejoran la salud tanto directa como indirectamente. Al contrario que la mayoría de medicamentos, el ejercicio está libre de efectos adversos. Es hora de considerar al ejercicio como medicina, y que se recete en los centros sanitarios a través de los profesionales especializados como por ejemplo los educadores físico- deportivos", concluye.
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