Publicado: 4 de Diciembre de 2019

Gripe y resfriado: síntomas similares, pero de distinta duración

La gripe es una de las enfermedades más frecuentes del tiempo frío. De ahí que, durante las temporadas de otoño e invierno, se lleven a cabo campañas de vacunación para prevenir su contagio.Todavía estamos a tiempo de inmunizarnos (este periodo acaba el 31 de enero de 2020, aclaran desde el Colegio Oficial de Médicos de Madrid). "Los síntomas de la gripe en personas que no tienen ninguna otra enfermedad suelen durar entre uno y tres días", asegura Belén Padilla, vicepresidenta del Colegio de Médicos de Madrid. Aunque, según los datos del Ministerio de Sanidad, algunos de ellos se pueden alargar hasta dos semanas.

La fiebre, los escalofríos y los dolores musculares pueden durar entre 3 y 5 días; la tos, entre una y dos semanas; la congestión nasal y la falta de energía pueden alargarse entre una y dos semanas. La especialista explica que, para aliviar la fiebre y el malestar físico, "es posible tomar antiinflamatorios, siempre que no exista contraindicación. Nunca debemos combatir la gripe con antibióticos, ya que está producida por un virus y no una bacteria".

Otitis y sinusitis: molestias en los oídos y la cara

Otros clásicos de la temporada otoño-invierno son la otitis y la sinusitis. La primera es una molesta y dolorosa infección de oídos, más común en niños que en adultos. Los síntomas comunes pueden ir desde un molesto olor de oídos hasta perdida del equilibrio, dolor de cabeza y fiebre. Lo más habitual, según la Clínica Mayo, es que desaparezca por sí sola pasados unos días, aunque en algunas ocasiones es necesario un tratamiento para paliar los dolores.

astroenteritis: de dos a 10 días de malestar

Como ocurre con la gripe y el resfriado, la gastroenteritis y las intoxicaciones alimentarias suelen compartir síntomas. La primera puede producirse por un virus o por una bacteria, lo que hace que varíe la duración del malestar: "Si es vírica suele ser más leve y corta", asegura la especialista. El malestar suele aparecer entre las 4 y las 48 horas siguientes al contacto con el virus o la bacteria, y la mayor parte de los síntomas pueden durar un par de días, aunque el cuadro se puede alargar hasta los 10. Las principales molestias son diarrea y vómitos, que duran menos de 2 días (si persiste, es necesario acudir al médico), y el dolor estomacal, que dura unos dos días.

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