Publicado: 13 de Marzo de 2024
En nutrición, a menudo se observa un fenómeno llamativo: el hecho de que algunos alimentos o productos se pongan de moda. De la noche a la mañana se les otorga un halo de bondades y se les atribuyen todo tipo de beneficios para la salud.
De un tiempo a esta parte ocurre eso con el vinagre, concretamente con el vinagre de manzana o de sidra. Seguro que ha visto en redes sociales cómo distintas cuentas recomiendan tomar un chupito de esta sustancia como remedio para reducir los niveles de azúcar en sangre o para potenciar pérdidas de peso.
Sin embargo, tal y como recordaba hace unas semanas en este periódico la nutricionista, farmacéutica y divulgadora Boticaria García, no hay evidencia científica suficiente que sostenga la mayoría de afirmaciones que se hacen sobre esos beneficios del vinagre.
La mayoría de los estudios que se han realizado sobre el impacto del vinagre en la glucemia, "son estudios pequeños, con una muestra reducida, y no se pueden extraer conclusiones categóricas", señalaba García.
A esta nómina de trabajos no concluyentes se une esta semana un pequeño ensayo clínico publicado en la revista BMJ Nutrition, Prevention and Health, que señala que tomar pequeñas cantidades de vinagre de sidra durante 12 semanas ayuda a controlar el peso en personas con sobrepeso u obesidad.
Según los datos del trabajo, realizado en una muestra de 120 personas en El Líbano en la que parte tomó diferentes cantidades del citado vinagre y el resto ingirió un placebo, el consumo de vinagre de sidra de manzana se asoció con pérdidas de peso y reducciones en los niveles de glucosa en sangre, triglicéridos y colesterol.
Los participantes debían tomar cantidades de 5,10 o 15 ml del vinagre (o bien un placebo) diluidos en 250 ml de agua en ayunas, a primera hora de la mañana.
Además, debían registrar lo que comían al día en un documento así como proporcionar información sobre sus niveles de actividad física al día.
NO HAY MILAGROS CONTRA LA OBESIDAD
Según los datos de la investigación, la ingesta de la bebida se asoció independientemente de otros factores con pérdidas de entre 6 y 8 kg de peso y una reducción del IMC de entre 2,7 y 3 puntos. Se considera que una persona tiene sobrepeso cuando su IMC supera los 25 y que es obesa si es superior a 30.
En el grupo placebo, las pérdidas de peso y IMC fueron significativamente menores en el mismo periodo estudiado.
En la revista médica, los autores reconocen que la muestra de su trabajo es pequeña, lo que limita la generalización de los resultados, pero también sugieren que el consumo de este vinagre "podría tener beneficios potenciales a la hora de mejorar parámetros metabólicos relacionados con la obesidad y trastornos metabólicos en individuos obesos".
Varios expertos, no obstante, advierten de las deficiencias metodológicas del trabajo y subrayan que sus resultados no son suficientes para sacar una conclusión definitiva sobre el tema.
Es el caso de Miguel Ángel Martínez González, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra y catedrático adjunto del departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard (Estados Unidos), que, en declaraciones a Science Media Centre (SMC) subraya que aunque el trabajo realiza distintas medidas a lo largo del tiempo "no usan la metodología estadística adecuada" para un diseño longitudinal de este tipo.
"Solo usan aparentemente t test [una herramienta estadística para hacer comparaciones] y deberían haber usado otros modelos que permitiesen valorar componentes fijos y aleatorios, pero tampoco describen la dieta total de los participantes y cómo cambia su ingesta calórica, el consumo de frutas, verduras, ultraprocesados, etc. En definitiva, cautela, mucha cautela", remarca.
También Helen Truby, profesora e investigadora de Nutrición y Dietética en la Universidad de Queensland (Australia), se ha mostrado crítica en sus declaraciones a SMC Australia.
"La pérdida de peso experimentada por todos los que recibieron el vinagre de sidra de manzana fue notable, unos 6 kg en 12 semanas, en comparación con el grupo que no tomó vinagre de sidra de manzana, que solo perdió una cantidad ínfima de peso. Los autores concluyen que la pérdida de peso y las mejoras en los marcadores metabólicos se debieron por completo al vinagre de sidra de manzana. Aunque este diseño de estudio tiene la capacidad de demostrar causa y efecto, existen algunos problemas sustanciales en este estudio, que harían cuestionables las conclusiones extraídas", señala Truby.
"En primer lugar, el peso de los sujetos no era estable al inicio del estudio, por lo que es posible que estuvieran en un proceso de pérdida de peso antes de empezar a tomar el vinagre; la dieta y la actividad eran autoinformadas, por lo que no podemos estar seguros de que estas grandes pérdidas de peso no se debieran a cambios en el estilo de vida; además, no se ha informado del uso de medicamentos para perder peso", añade.
"Existen pruebas de que una pérdida de peso de alrededor de [más de] >5 % del peso corporal, que fue lo que se consiguió en este estudio, conlleva mejoras en los factores de riesgo de la propia enfermedad cardiaca. En este caso, los autores sugieren que esto se debe únicamente al vinagre de sidra de manzana y no han tenido en cuenta los cambios de peso reales", continúa la investigadora.
"Los resultados presentados aquí son notables, pero deberían reproducirse en un entorno más rigurosamente controlado antes de poder confiar en sus conclusiones. Sería maravilloso que una cucharadita de vinagre de sidra de manzana provocara una pérdida de peso sustancial, pero con la complejidad de la obesidad y su tratamiento a la que nos enfrentamos, a veces si algo parece demasiado bueno para ser verdad, a menudo no lo es", concluye
Ver noticia en: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2024/03/13/65f026f8fc6c835b6d8b4599.html