Publicado: 7 de Mayo de 2024

El asma es una enfermedad que no deja de crecer tanto a nivel mundial como a nivel nacional. En España, un 5% de la población adulta padece asma y, de ésta, entre un 5 y un 10% sufre la enfermedad en formas graves. La buena noticia es que, a pesar de este aumento de casos, la mortalidad por esta patología ha disminuido mucho. ¿Por qué crece la prevalencia? Entre otros factores, es importante señalar que la salud respiratoria puede verse particularmente afectada por el cambio climático, que contribuye al desarrollo de enfermedades respiratorias alérgicas y asma. “La intensificación de fenómenos como sequías, inundaciones, incendios forestales, tormentas de arena y tormentas eléctricas ha provocado aumento de la contaminación del aire, la duración de la temporada de polen, la concentración de polen y moho y la alergenicidad del polen.


Estos efectos tienen implicaciones para la aparición, la exacerbación y la necesidad de tratamiento del asma”, explica Juan Carlos Miralles, presidente del Comité de Asma de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic). Por otro lado, cada vez hay más pruebas que indican que la contaminación del aire contribuye al desarrollo del asma, y numerosos estudios han proporcionado evidencia de una asociación entre la mala calidad del aire y la incidencia de esta enfermedad.


Además de estos factores de riesgo, hay otros como tener antecedentes de asma en la familia, el tabaquismo de la madre durante el embarazo, nacer de forma prematura o con bajo peso, presentar pitos o sibilancias en los primeros años de vida, la obesidad, fumar o ser fumador pasivo.


En cuanto a los síntomas del asma, los expertos de la guía GEMA 5.2 explican que el diagnóstico de asma se debe considerar ante síntomas y signos clínicos de sospecha, como “sibilancias (el más característico), disnea o dificultad respiratoria, tos, opresión torácica y síntomas nasales como picor, estornudos y taponamiento”.


Estos son los llamados síntomas guía, que “son habitualmente variables en tiempo e intensidad, de predominio nocturno o de madrugada, provocados por diferentes desencadenantes (infecciones víricas, alérgenos, humo del tabaco, ejercicio, emociones, etc.)”. Las variaciones estacionales y los antecedentes familiares y personales de atopia son aspectos importantes que considerar.


Como recuerdan los expertos, habitualmente, “aparecen varios signos o síntomas a la vez y es que cuando se muestran de forma aislada, suelen ser poco predictivos de asma”. También indican que ninguno de estos signos o síntomas es específico del asma, de ahí la “necesidad de incorporar alguna prueba objetiva diagnóstica, habitualmente pruebas funcionales respiratorias”.


En la anamnesis del paciente se deben considerar, además:


El inicio de los síntomas


La presencia de rinosinusitis crónica con o sin pólipos


Rinitis


Dermatitis


Historia familiar de asma o atopia, que aumentan la probabilidad de diagnóstico de asma.


Tratamientos para el asma y otras preguntas frecuentes


Muchas personas que padecen esta enfermedad se preguntan si el asma tiene cura o no y la realidad es que, a día de hoy, no existe cura. Expertos del Hospital Clinic de Barcelona informan que “es una enfermedad crónica y que no tiene una cura definitiva aunque el tratamiento permite que, en la mayoría de los casos, se pueda controlar y tener una vida normal, sin limitaciones”. Así, los expertos informan que “los glucocorticoides inhalados son la piedra angular del tratamiento y su uso evita las crisis y controla los síntomas del asma”. Estos son medicamentos que han cambiado radicalmente el curso natural de la enfermedad. Eso sí, hay que tener en cuenta que, como avisan los expertos del Clinic “nunca se debe suspender el tratamiento por iniciativa propia sin previa recomendación del médico ya que la interrupción del tratamiento puede desencadenar una crisis de asma en los pacientes”.


Tampoco es una enfermedad exclusiva de los niños aunque es cierto que es muy frecuente en la población infantil. La realidad es que “se puede manifestar a cualquier edad”. En cuanto a si el asma se hereda, hay que señalar que aunque “es cierto que tiene un componente genético, esto no significa que en todos los casos se tenga que heredar de padres a hijos. El desarrollo del asma depende, además, de la predisposición genética, de los factores del desarrollo y factores medioambientales”, detallan desde el Clinic de Barcelona. Así mismo, el hecho de tener alergia tampoco tiene por qué producir asma. Y es que, aunque tener alergia es un factor de riesgo para desarrollar asma “hay muchas personas alérgicas que no tienen asma y muchas personas asmáticas que no son alérgicas”.


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